Don Juan Manuel, nacido en el siglo XIII o en el año 1282, en la provincia de Escalona (Toledo), era sobrino del rey Alfonso X el Sabio. Gracias a este rey y a la Escuela de Traductores de Toledo, la lengua asociada a la cultura y a los textos escritos de la Edad Media dejó de ser el Latín para ser el Lengua Romance.
Con su obra, Don Juan Manuel pretende o tiene la intención de pedir ayuda para solucionar los problemas que se le plantean. Sobre su personalidad podría decirse que es un intelectual, un hombre cultivado, no es un simple guerrero.
Una de sus obras más destacadas, el Conde Lucanor, trata de un joven noble que recibe consejos de su ayo, una especie de profesor particular. Los cuentos o ejemplos que constituyen esta obra poseen todos la misma ordenación o estructura que es la siguiente: el joven conde Lucanor plantea un problema y su ayo Patronio le explicaba la solución con un ejemplo, a modo de cuento, y una moraleja en dos versos que contiene el resumen del consejo.
En el cuento número V aparecen, como en todos los relatos, los dos protagonistas que son: el conde Lucanor y su consejero, llamado Patronio. El conde pide consejo y su criado le cuenta una fábula o un cuento que posee una moraleja o enseñanza. En este caso el problema o duda que tiene el conde es lo que sucedió al cuervo con la zorra. Para mostrarle cómo ha de actuar ante ese problema, el consejero le cuenta la historia de el cuervo y la zorra que trata de que la zorra le intenta sacar el queso al cuervo diciéndole piropos. La enseñanza que puede extraerse de esta fábula es que aunque la intención de la zorra era engañar al cuervo, lo que dijo fue siempre verdad. Al final del cuento encontramos dos versos que son: Quién te alaba lo que tú no tienes, cuida que no te quite lo que tienes y que quieren decir que estés atento para que no te quiten lo que ya tienes. El hecho de que la enseñanza de la historia aparezca dos veces y una de ellas en verso creo que se debe a la época.
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