Poesía mística: La poesía mística intenta la transmisión de la belleza del amor divino; persigue manifestar la hermosa vivencia de la viva unión del alma con la divinidad.
Santa Teresa de Jesús: Llamada también Santa Teresa de Ávila, ha sido una de las grandes místicas de la historia universal y pobablemente la mejor poetisa del misticismo cristiano. Fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, nació en la provincia hispánica de Ávila el 28 de marzo de 1515. A los 18 años entró en el Convento. A los cuarenta y cinco fundó el convento de San José de Ávila, primero de los quince Carmelos que establecerá en España. Con San José de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana. Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Murió en Alba de Tormes, al anochecer del 4 de octubre de 1582. Pablo VI la declaró doctora de la iglesia el 27 de septiembre de 1970.
San Juan de la Cruz: Nació en la provincia de Ávila en 1542. Pasados algunos años en la Orden de los carmelitas, a partir de 1568 fue el primero que se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Úbeda el año 1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales.
Fray Luis de León: Fue un poeta, humanista y religioso español de la Escuela salmantina. Su obra forma parte de la literatura ascética de la segunda mitad del siglo XVI y está inspirada por el deseo del alma de alejarse de todo lo terrenal para poder alcanzar a Dios, identificado con la paz y el conocimiento. Los temas morales y ascéticos dominan toda su obra.
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